La mente necesita silencio: El valor del descanso mental

En el proceso migratorio, muchas veces creemos que si no estamos haciendo, pensando o resolviendo, entonces estamos perdiendo el tiempo. Pero la verdad es que la mente también necesita espacios de silencio. No solo para “descansar”, sino para reorganizarse.

Cuando emigramos, enfrentamos un exceso de estímulos: nuevo idioma, nuevas rutas, nuevas personas, nuevas normas, responsabilidades legales, miedo a fallar, necesidad de enviar dinero, etc. Todo esto activa el sistema de alerta de nuestro cerebro. La amígdala cerebral, que gestiona las amenazas, empieza a funcionar en modo hiperactivo, generando ansiedad, insomnio, irritabilidad o incluso conductas compulsivas (comer de más, consumir redes sin parar, procrastinar...).

Según la neuropsicóloga Amy Arnsten (Yale University), la corteza prefrontal (encargada de tomar decisiones, regular emociones y planificar) se apaga temporalmente cuando el estrés es constante. En su lugar, toma el control el cerebro más primitivo, que actúa por impulsos o por repetición.

Entonces, si sientes que estás “pensando todo el día” pero no avanzas, si sientes que no puedes parar ni siquiera para comer con calma o sentarte 10 minutos sin hacer nada... tu mente no está siendo productiva, está saturada.

Y aquí viene lo más importante: Descansar no es rendirse. Es permitir que el cerebro recupere su capacidad de pensar con claridad.

Te doy ejemplos simples de descanso mental:

– Caminar sin mirar el celular, solo sintiendo el cuerpo.

– Escuchar música sin letra y solo observar lo que pasa dentro.

– Sentarte en el parque y mirar el cielo, sin más.

– Respirar profundo 5 minutos, con ojos cerrados.

– Apagar el ruido externo por un momento y permitirte estar contigo, sin resolver nada.

No necesitas hacer una meditación formal ni convertirlo en una tarea más. Basta con detenerte. Porque tu cerebro no es una máquina. Y tú no eres un robot.

👉🏽 Si migraste, tienes muchas razones para estar en alerta. Pero también necesitas darte permiso para bajar la guardia. 

El descanso mental no es lujo: es lo que le permite a tu mente reorganizar el caos.